“Ya al año siguiente, en 1977, El Grupo se consolida y se conforma la exposición A Gozar la Realidad. Entre sus 5 miembros se diseña un plan para llevar la muestra ‘a todo el país’, junto con los equipos que la llevarán a cabo. Se estrenó en Barcelona –de Anzoátegui– en el Ateneo Miguel Otero Silva. Y allí estábamos todos. Vladimir Sersa y yo la llevamos para Achaguas, en Apure; y se estrenó en Caracas ese año –en la Librería Cruz del Sur de Cristina Guzmán– en Sabana Grande” (Ricardo Armas).
Alejandro Sebastiani Verlezza
En el fotobolsillo que Ricardo Armas editó con La Cueva en el año 2017 es posible encontrarse con múltiples registros y búsquedas. Cada una de sus imágenes –desde las evocaciones más religiosas, como las del señor misterioso, hasta las huellas del país más profundo, no sin dejar de pasar por Nueva York– responden a una historia secreta. Basta hacerle una pregunta al fotógrafo. Aparecerán nuevas evocaciones. Pasa así, ahora mismo, cuando da cuenta de un interesantísimo capítulo de la fotografía venezolana. Habla Armas:
“En 1976 Luis Brito inaugura su exposición Los Desterrados en la Sala Ocre que queda al lado de la Sala Viva México (Avenida Venezuela, Urbanización San Antonio). Por esos años, entre 1976 y 1978, Luis Brito, Jorge Vall, Vladimir Sersa y Sebastián Garrido comparten la fotografía en una rutina diaria. Ese año Brito entabla una relación con Alexis Pérez-Luna, él nos invita a su casa a tomar unas Polar y a hablar de fotografía. Para el momento Sebastián no se incorpora todavía a estas reuniones, y el término El Grupo aún no existe.
A finales de 1976 este grupo de fotógrafos –Brito, Vall, Sersa, Armas–comienza a reunirse todos los jueves en la tarde-noche para tomar Polar y hablar de proyectos fotográficos en casa de Alexis. En estas reuniones cada quien trae imágenes que nos hacen ver que coincidimos en temas y sujetos. Así surge la idea de una exposición que se llamaría A Gozar la Realidad, que era la frase propagandística de Coca-Cola. La exposición pretendía mostrar la cruda realidad del país que aparentaba una gran bonanza económica en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez. La idea era que la exposición viajara por los Ateneos de Cultura del país y se necesitaba un nombre, que fue El Grupo. A estas reuniones se incorpora Fermín Valladares, así se completa el número de 5 fotógrafos.
Ya al año siguiente, en 1977, El Grupo se consolida y se conforma la exposición A Gozar la Realidad. Entre sus 5 miembros se diseña un plan para llevar la muestra ‘a todo el país’, junto con los equipos que la llevarán a cabo. Se estrenó en Barcelona –de Anzoátegui– en el Ateneo Miguel Otero Silva. Y allí estábamos todos. Vladimir Sersa y yo la llevamos para Achaguas, en Apure; y se estrenó en Caracas ese año–en la Librería Cruz del Sur de Cristina Guzmán– en Sabana Grande. Fue la muestra a muchos otros sitios en Venezuela, pero no tengo memoria de eso ya.
Ese año Luis Brito se va becado a Italia y deja El Grupo. En 1978 El Grupo sigue reuniéndose en casa de Alexis y crea una segunda muestra que se llama Letreros que se ven. Se exhibe en Caracas a finales de ese año y se publica un libro a comienzos de 1979 con ese mismo nombre. Luis Brito es el gran ausente ese año y yo me voy becado para Nueva York en febrero. Luis está en Italia y participamos poco de las actividades de El Grupo, que queda en manos de Alexis, Jorge, Fermín y Sebastián Garrido, que se incorpora. Estos miembros de El Grupo tienen una gran actividad viajera por todo el país: fotografían pueblos y desarrolla cada uno su trabajo personal. Poco a poco El Grupo va desapareciendo.
¿Pero por qué se forma? En 1976 la fotografía comienza a reconocerse como trabajo de autor en los países desarrollados, comienzan a mostrarse los trabajos de los grandes fotógrafos y se publican libros que comienzan a llegar a Venezuela de la mano de la Sala Mendoza y su librería, así como de La Fototeca de María Teresa Boulton y Paolo Gasparini. Este se convierte en un sitio de encuentro y exhibición de fotografías.
Hay que reconocer el trabajo de Miguel Arroyo desde el Museo de Bellas Artes hasta 1976, él hace exhibiciones de fotógrafos jóvenes como José Sigala, Gorka Dorronsoro y Claudio Perna –entre los nacionales– y fotógrafos internacionales como Eugène Atget, entre otros. Pero, en general, el Grupo se forma por la necesidad que teníamos entonces de compartir la fotografía. Que estos fotógrafos coincidieran en asuntos temáticos los van a unir como un equipo que se mantendrá en el tiempo.
Me gustaría pensar que sí hubo grupos similares en el pasado, cuando se ve –por dar un ejemplo– que Alfredo Cortina y Carlos Puche se reunían en Los Rosales para hablar de estos mismos asuntos, pero en las décadas del 40 y el 50”.